2 Reyes 18 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de 2 Reyes
Capitulos:

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1 - EN el tercero año de Oséas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Acaz, rey de Judá.

2 - Cuando comenzó a reinar era de veinte y cinco años, y reinó en Jerusalem veinte y nueve años, el nombre de su madre fué Abí, hija de Zacarías.

3 - Este hizo lo que era recto en ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.

4 - Este quitó los altos, y quebró las imágines, y taló los bosques, y quebró la serpiente de metal que había hecho Moisés; porque hasta entónces le quemaban perfumes los hijos de Israel, y llamóle por nombre Nehustán.

5 - En Jehová Dios de Israel puso su esperanza: después ni ántes de él, no hubo otro como él, en todos los reyes de Judá.

6 - Porque se llegó a Jehová, y no se apartó de él; y guardó los mandamientos que mandó Jehová a Moisés.

7 - Y Jehová fué con él, y en todas las cosas a que salía prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.

8 - Hirió también a los Filisteos hasta Gaza y sus términos, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortalecida.

9 - En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oséas, hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los Asirios contra Samaria, y cercóla.

10 - Y tomáronla al cabo de tres años, en el sexto año de Ezequías, el cual era el nono año de Oséas rey de Israel, y así fué tomada Samaria.

11 - Y el rey de Asiria traspuso a Israel en Asiria, y púsolos en Hala, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los Medos:

12 - Por cuanto no habían oido la voz de Jehová su Dios, ántes habían quebrantado su concierto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había mandado, ni las habían oido, ni hecho.

13 - Y a los catorce años del rey Ezequías, subió Sennaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fuertes de Judá, y tomólas.

14 - Entónces Ezequías rey de Judá envió al rey de Asiria en Laquis, diciendo: Yo he pecado; vuélvete de mí, y yo llevaré todo lo que me impusieres. Entónces el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.

15 - Y Ezequías dió toda la plata que fué hallada en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real.

16 - Entónces rompió Ezequías las puertas del templo de Jehová, y los umbrales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y díolo al rey de Asiria.

17 - Y el rey de Asiria envió a Tartán, y a Rabsaris, y a Rabsaces desde Laquis al rey Ezequías con un grande ejército contra Jerusalem. Y subieron, y vinieron a Jerusalem; y subieron y vinieron, y pararon junto al conduto del estanque de arriba, que es en el camino de la heredad del lavador.

18 - Y llamaron al rey, y salió a ellos Eliacim, hijo de Helcías, que era mayordomo, y Sobna escriba, y Joa, hijo de Asaf, canciller.

19 - Y díjoles Rabsaces: Decíd ahora a Ezequías: Asi dice el gran rey, el rey de Asiria:

20 - ¿Qué confianza es esta en que tú confias? Dices ciertamente: Palabras de labios, consejo, y esfuerzo para la guerra. ¿En qué pues confias ahora, que te has rebelado contra mí?

21 - He aquí, tu confias ahora sobre este bordón de caña quebrado Egipto, que el que en él se recostare, él le entrará por la mano, y se la pasará. Tal es Faraón rey de Egipto a todos los que en él confian.

22 - Y sí me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios: ¿no es él aquel cuyos altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalem: Delante de este altar adoraréis en Jerusalem?

23 - Por tanto ahora yo te ruego que des rehenes a mi señor el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú pudieres dar caballeros para ellos.

24 - ¿Cómo pues harás volver el rostro de un capitán el menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de a caballo?

25 - También, ¿ahora he yo venido sin Jehová a este lugar para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.

26 - Entónces dijo Eliacim, hijo de Helcías, y Sobna, y Joa a Rabsaces: Ruégote que hables a tus siervos Siriaco, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros Judaico en los oidos del pueblo, que está sobre el muro.

27 - Y Rabsaces les dijo: ¿Háme enviado mi señor a tí y a tu señor para decir estas palabras, y no ántes a los hombres que están sobre el muro, para comer su estiércol, y beber el agua de sus piés con vosotros?

28 - Y paróse Rabsaces, y clamó a gran voz en Judaico, y habló, diciendo: Oid la palabra del gran rey, el rey de Asiria.

29 - Así dijo el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano.

30 - Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Librando nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.

31 - No oigais a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Dádme presente, y salíd a mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo;

32 - Hasta que yo venga, y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel, y viviréis y no moriréis. No oigais a Ezequías, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará.

33 - ¿Han librando librado los dioses de las gentes cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?

34 - ¿Dónde está el dios de Emat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Ana, y de Hava? ¿Pudieron estos librar a Samaria de mi mano?

35 - ¿Qué dios de todos los dioses de las provincias ha librado a su provincia de mi mano, para que libre Jehová de mi mano a Jerusalem?

36 - Y el pueblo calló, que no le respondieron palabra: porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.

37 - Entónces vinieron Eliacim, hijo de Helcías, que era mayordomo, y Sobna el escriba, y Joa, hijo de Asaf, canciller, a Ezequías rasgados sus vestidos, y recitáronle las palabras de Rabsaces.